Institucional
En los últimos años, mucho se ha trabajado en mejorar el sistema de selección de jueces, lográndose en nuestra Provincia, con el comprometido esfuerzo de la anterior Consejo Directivo, un paso adelante en tal sentido con la instrumentación del sistema actual de auto limitación de las Facultades de selección por parte del Señor Gobernador de la Provincia en un Consejo, tema que permanentemente se ha abordado y que se seguirá tratando con el fin de seguir perfeccionando dicho instituto.
Ahora, semejante esfuerzo en optimizar la selección de los futuros magistrados y funcionarios, que amplía la legitimación de origen de los mismos -según la mayoritaria opinión de la ciudadanía-, no encuentra su correlato en el mejoramiento de la forma de ejercer dicha función, lo que lleva a que el servicio de justicia no se brinde con el potencial que se podría si se superaran varias cuestiones que optimizarían la prestación.
Es necesario elaborar estrategias destinadas a lograr que funcionarios y magistrados estén en capacitación permanente y que cuenten con las mejores herramientas posibles para desarrollar su labor en tiempo y forma, para luego ser muy rigurosos en el control y sanción de los incumplimientos.
La legitimación de un magistrado está dada básicamente en su individual accionar, pero también es importante ver los medios con los que cuenta para realizar su actividad y las estrategias colectivas desplegadas para ayudarlo a brindar todo su potencial.
Un primer paso es eliminar las asimetrías que existen un nuestro poder judicial en cuanto a las diversas realidades (técnicas y funcionales) de los distintos organismos e implementar sistemas modernos y objetivos de estadísticas que permitan un análisis preciso de la actividad judicial llevada a cabo por cada organismo, de cada fuero, de cada instancia, etc. . Esto permitirá sin lugar a dudas, realizar una distribución más equilibrada de los recursos y confeccionar un mapa judicial más acorde a las verdaderas necesidades de la población Entrerriana.
Es necesario tener bien en claro y objetivamente establecida cual es nuestra realidad actual, para luego resolver que mejoras se tienen que lograr y de que manera lograremos esos objetivos.
También se deben implementar estrategias organizativas duraderas que permitan lograr que los fueros especializados lleguen a todos los ámbitos provinciales de igual manera, con el claro objetivo de eliminar las diferencias de servicios hoy existentes. Ejem Fuero de familia, fuero laboral.
Es preciso lograr una verdadera interrelación entre las distintas instancias y jerarquías, para que en un real ida y vuelta, se logren modificar hábitos de individualismo exacerbado, sin que preocupe, fuera de la obligación jurisdiccional y funcional la realidad de los otros. Sólo a modo de ejemplo se puede mencionar la falta de sistematización en el intercambio de jurisprudencia, la poca labor realizada para logra unificar criterios operativos, la falta de visitas e intercambios entre los distintos organismos.
Algunas de estas cuestiones necesitan recursos económicos y por lo tanto su solución indefectiblemente debe consensuarse con los otros poderes del estado, pero otras, sólo requieren decisión e imaginación, debiéndonos comprometer todos los operadores en lograr estos cambios.
La reforma de la justicia debe ser entendida como un proceso permanente que involucra a los operadores del sistema judicial y a los demás integrantes de la sociedad. Pero básicamente está en cada uno de nosotros comenzar a modificar actitudes, pensando que muchos de los defectos que presenta hoy nuestro poder judicial, está en nuestra falta de compromiso, trabajando sólo para cumplir con la obligación legal, pero siendo omisivos al momento de reconocer y hacer notar los déficit y en colaborar responsablemente en mejorar el servicio.
En el marco de recursos escasos, la tecnificación, la simplificación de los procesos, y los estándares de desempeño de los órganos jurisdiccionales, pueden utilizarse para mejorar la calidad y celeridad de funcionamiento.
El compromiso ético y legal de brindar “una justicia para Todos” se debe sustentar en el esfuerzo sostenido, la profesionalización y la jerarquización de los magistrados, funcionarios y empleados judiciales. La transparencia y la independencia deben ser valores cabalmente asumidos por los actores del sistema e inculcados en la sociedad en su conjunto.
Sin duda hay mucho por hacer, pero creemos que como punto de partida es imprescindible potenciar el diálogo como metodología, expandir la confianza, el entendimiento y el compromiso. Sobre esta base trabajar mancomunadamente para generar un plan integral de reforma y establecer una categorización de las medidas a tomar según su importancia y las dificultades para llevarlas adelante ubicándolas en el corto, mediano y largo plazo.
Esto ayudará en mucho a que magistrados y funcionarios -la inmensa mayoría- que esforzadamente cumplen con su deber republicano de brindar el servicio de justicia, tengan elementos que le permitan día a día optimizar su tarea.