En orden a tiempos difíciles para la atención de la salud a través de la obra social provincial (IOSPER) cuyos servicios eran deficientes y los costos de la atención médica debían solventarse en forma particular, la Asociación estudió posibilidades de ayuda a sus asociados en ese ámbito tan sensible sin que ello significase actuar como obra social o prepaga. Así surgió el Fondo de Emergencia, con carácter voluntario para el asociado, quién mediante un aporte extra podía solicitar para prestaciones de salud su atención mediante subsidios no reintegrables de distintas cuestiones que Iosper no atendía. Se decidió que dicho Fondo funcionase en forma independiente de la Comisión Directiva y se designaron tres miembros de la Ciudad de Concepción del Uruguay. Ello en atención a que todo el esquema de organización del Fondo se hizo con el asesoramiento del médico auditor Jefe de la Obra Social de la Universidad de Entre Ríos y de su Fondo de Emergencia, médico residente en esa ciudad, decidiéndose que también fuese el auditor del Fondo de la Asociación. Los directivos de nuestro Fondo de Emergencia fueron los mismos durante muchísimos años, tanto en actividad como jubilados y fueron recién reemplazados a su pedido hace pocos años.
El mejoramiento de los haberes del Poder Judicial permitió a la asociación incrementar sus fondos sociales y ello significó trasladarlo en mayores beneficios para los asociados tanto en pago de matrículas de Congresos, jornadas y posgrados como en préstamos reintegrables en cuotas sin interés para acceder a libros, computadoras o adherirse a convenios de colecciones on line, para lo cual se celebraron convenios con editoriales con descuentos importantes. Fueron logros que demandaron tiempo y esfuerzo desde las épocas iniciales en las que los directivos viajaban personalmente a las editoriales con listas previas de libros encargadas por los asociados de la provincia, las adquirían y la asociación se hacía cargo de los costos totales. Cuando llegaban los libros se enviaban a cada asociado y se descontaba la compra en cuotas mensuales de los haberes.
Aquellas fueron las épocas en las que la Asociación decidió comprar un auto para viajar algunos miembros y economizar los gastos de traslado. Era un auto grande y económico (un Ford Falcon) con el que se viajaba a reuniones en el interior de la provincia o a encuentros con la FAM. Luego de varios años de uso y con un mantenimiento que se tornaba costoso se vendió.
La correcta administración de cada gestión permitió que los asociados accediesen también a créditos de montos diversos y reintegros en hotelería con causa en salud o sin causa. El devenir del tiempo permitió adquirir una casa propia en Paraná, que es la sede de la asociación, luego inmuebles en otras jurisdicciones y la contratación de personal en cada sede, dada la intensidad del trabajo administrativo y el mayor crecimiento de la actividad asociativa.
La Asociación ha sido sede en diversos encuentros de las Jornadas Nacionales Científicas de la Magistratura y, desde hace muchos años, organiza las Jornadas por fuero, lo que permite un espacio amplio para que las distintas jurisdicciones participen, opinen y planteen sus problemas en un intercambio enriquecedor, haciéndose cargo de los gastos de traslado y alojamiento de los asociados.
El fortalecimiento asociativo debe mantenerse. Este espacio es solo una reseña de los puntos más salientes de las distintas gestiones anteriores con encuentros y desencuentros de distinta magnitud. Pero el trabajo de las distintas comisiones directivas debe ser conocido y valorado por las generaciones más jóvenes pues solo ellas podrán seguir escribiendo nuestra historia.